22 junio, 2008

sin veintiunos

Cuando daban boletos en el transporte público, como el camión o el tranvía, se popularizó la moda de contar los números de la serie. Si sumaban 21, se solía bromear diciendo "-me cambias un veintiuno?-" refiriéndose a que se le otorgara un beso. Es decir, tales boletos fungían como "vales" por un beso. Este mes se pasó sin veintiunos, ya que entre tantos pendientes, se ha dejado de lado lo más importante. Lo bueno de la edad productiva es esa libertad que medio se prueba a ratos. Lo malo es que no hay suficiente tiempo para saborear tal estado. Lo peor es que siempre se está muy cansado para el ocio, como cambiar veintiunos, dando paso sólo a lo urgente :(