21 noviembre, 2010

Recuento 2010-I.

Este año el del tigre en el año chino, no supe tomar postura, o tener una lectura clara de como enfrentar y confrontar cada una de las decisiones que debía tomar; todas me parecen o parecieron demasiado importantes como para tomármelas a la ligera, así que a cada una y más las que me desencajaban de mi órbita pensante las estudie pero el error fue habérmelas idealizado a corto plazo, quería que ya ocurrieran y la lectura que tengo al respecto es la de haber hecho muchos planes, con expectativas demasiado altas, se presentaron ante mi una infinidad de posibilidades para cada una de ellas que no ocurrieran y para las que si ocurrieran.

La verdad que quise abrazar cada una de todas ja, ja, ja y una a una volverlas mías, comerlas, hacerlas mías, hacerlas realidad en un mañana; el resultado fue que el mañana me rompió y me convertí en miles de lágrimas al sentir y conocer que todas esas posibilidades, que todas ellas se desvanecían, se disolvían cual granitos de sal con mis lágrimas y yo sin poder coger ni una, sin poder mantenerlas, retenerlas, se me fueron entre las manos, entre los sueños, entre todos los anhelos que fabrique en torno a ellas.

Todas ellas me lastiman, me duelen; ahora se que la lectura de este año era comportarse como un tigre al asecho de su presa, agazapado, emboscando, esperando el momento oportuno para entrar en acción (es una visión de un felino que me acompaña en las tonteras que hago, y pienso y sueño y ya) y ahora mi lectura la re-direcciono de tal forma que empate con esta teoría y es desde ya que de ahí me agarro, no para disculpar las buenas o malas decisiones, o mi suerte; no para justificar mis actos, o el fracaso de cada uno de mis planes; sino, para entender y aprender a dejarlas que, muchas de ellas me siguen costando trabajo y mi trabajo. Entender como tales, como simplemente oportunidades que no eran para para, que a lo mejor no estoy o estaba preparado para recibirlas o realizarlas; por algo no se dan, por algo no suceden que se lo pregunten a Paty.

Lo bueno es que entendí, o por lo menos modifique la lectura de como esperar las cosas que se planean, lo malo es que identificar, aceptar y dejar las cosas que sucedan, que se planean o que simplemente no suceden es difícil y lo peor es que el año todavía no se ha terminado. Aaaaaaaaaaarrrrrrrrrrrrrrrrgggggggggggghhhhhhh.

16 noviembre, 2010