Cuando la escuche se vino una tormenta de imágenes, olores, sonidos, y recuerdos de muchas tardes cuando nos juntábamos en las aulas (bueno más bien fuera de ellas), para pasarla suave con los y las compas y platicar y cotorrear y por supuesto cuando se venía la noche cantar algunas canciones de esos buenos tiempos de vagales que todos hemos tenido.
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