01 octubre, 2009

De antes, a de todo lo que pase y pasé.

Desde el viernes habían dicho que existía la posibilidad de programar el estudio para la siguiente semana, sea para el martes próximo, y sí se acepte. Desde ese momento asumí la responsabilidad que se tiene como paciente y desde ya entendí que era necesario ser valiente y soportar el dolor intenso y agudo de la ablación desde el nerviosismo de los preparativos hasta los sucesos dentro del estudio mismo y lo posterior la recuperación.

La punción que se realiza en la ingle relativamente sencilla, se me recordaba en el momento mismo de meter los catéteres por la vena aorta que dolía y no nada más eso sino que se me bajaba la presión y el ritmo cardiaco y que la primera vez me sentí perder la vida y a todos los demás; pero esta vez al igual que en los siguientes procedimientos del estudio estaba más que convencido a no claudicar por el dolor, no ceder ni por las más remotas ideas y/o pensamientos de frustración, fracaso, fallo ni mucho menos sentimientos de culpa, desánimo y desfallecer.

Simplemente hice lo que me correspondía como paciente, espere el tiempo que se necesitó, aguante el dolor y la incomodidad, los olores del oxígeno sabor a plástico nuevo.

Ya hace tiempo aprendí a ser agradecido con las personas que intervienen para bien o para mal alrededor de nuestras vidas y hoy se lo ratifico los buenos y medianos deseos porque los malos deseos no son ni deben ser anhelados para nadie eso marca diferencia.

Ahora que lo veo, pienso, analizó desde afuera, desde que ya estoy en mi recuperación me doy cuenta que siempre tuve muy claro que este estudio es una más de las miles de cotidianas que para otros pueden ser su primera vez como la mía hace más de dos años, lo recuerdan? Pero se cumple sobre las cotidianas para los doctores por ejemplo y mi ánimo se aplico en creer en ellos en el trabajo que se realiza cada día y que si surgía cualquier dificultad se tenía lo necesario para resarcirlo y continuar

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