11 octubre, 2008

Hace cuánto no te revisas los dientes.



Que gracia se iba a convertir en un don cuando la maestra de la primaria donde asistía mi hermano a tomar clases de primaria, le encargaba que le hiciera figurillas de migajón; creo que para las habilidades manuales que le había visto su maestra en alguna ocasión cuando mi mama pudo haber llevado a la escuela, o incluso haberle regalado algún bonito bouquet hecho por mi hermano, claro, diseñado y bajo la dirección de mamá.

La maestra sin haberle pedido autorización a la dirección general de diseños en migajón, le pidió a mi hermano, mmm como se dice, por debajo del agua; pues creo que esperaba obtener, mmm no se, la Venus de Nilo o la Samotracia o incluso hasta el Ángel de la independencia; seguro que mi hermano en esa oportunidad lo hubiera logrado, porque de verdad tiene una finura en sus manos el hombre y era un hecho que ese día fue el menos preocupado por tomar tomar dictado, haber hecho las sumas y restas y tal vez multiplicaciones, con tal de recibir sus figurillas bien realizadas sin que nada lo perturbara.

A la hora de la salida y después de un día tan atareado para la imaginación de mi hermano vinieron los reclamos de la maestra en contra de mi mamá; pues que resultado esperaba la maestra si la encargada de la dirección de dicho departamento de diseño no estuvo para supervisar los trabajos.

El resultado fue un hermoso zoológico. Felicidades dottore pazzo un beso y un abrazo.

1 comentario:

Unknown dijo...

Por cierto fe de RATAS esto sucedió en el kinder. Ahg esas maestras explotadoras.