06 enero, 2009

Día de reyes en periférico.

Muchas veces nos sentimos hartos por el tránsito que generamos los que conducimos; estando un día como hoy a las 16:40 hrs. de la tarde, me habían invitado a la casa de la novia de mi hermano en el rumbo del ombligo del mundo (dicho esto por los oriundos de Naucalpan), me dispuse a realizar la travesía desde el sur de la ciudad atravesando el Anillo Periférico.

Todo bien y avanzando escuchando y con buen ánimo el disco de Lupitologia (música para ponerse de buenas), cuando llegue a la altura de Constituyentes, cambie de carril pues iba en el de alta y así hasta llegar al de baja velocidad; seguí avanzando hasta llegar a la mitad del trayecto que se genera entre el Bosque de Chapultepec y la zona de Polanco.

Había alcanzado al terror, terror de verme atascado por el hacinamiento de autos en una vía de cuatro carriles que, de vez en vez se convierte en cuatro o hasta seis carriles, sobre todo en las incorporaciones de la lateral a carriles centrales. Un embudo vehicular.

Me relaje, me estire y saque la cabeza por la ventana ya que no se podía mover ni para delante ni para atrás, observe a la gente a mi alrededor; unos gritaban, otros se encontraban ensimismados y con la vista perdida hacia el limbo que se genera entre auto y auto, otros más escuchaban el radio o discos compactos de diversos géneros, otros en cambio se auto-abducían con el teléfono celular hablan-escuchando-jugando-mandando mensajes no se y otros muchos reflejaban el estrés que les conducía el auto; la mayoría se veía abrumada ya que también había quienes con maletas arriba de los autos llevaban a cuestas y en ojos, hombros, cuello y ánimo el cansancio del regreso de la vacación que se habían tomado y que incluso hicieron olvidar los usos y costumbres de manejar a las 18:56 hrs. del día de reyes.

Me parece, a veces, que se nos olvida tomar un respiro y disfrutar aunque sea un momento y para aligerar la tensión producida por tanto estrés el hecho que el mundo que nos rodea es maravillosamente hermoso y que no nos damos la oportunidad de percibir los paisajes que se crean para nosotros y simplemente con el esfuerzo de girar la cabeza de forma vertical y en un movimiento recibir postales que duran lo que quieras que duren sea en tu cabeza, en tu corazón o simplemente en una foto.

Es así que les dedico un momento como el que me tome yo alrededor de tanto caos podemos encontrar un pedacito de calma para compartir con todos. Por cierto ya ni llegue a la partida de la rosca de reyes que me invitaron, más bien llegue al cielo de la casa de mis papas a decir hola y adiós a las 21:50 horroras. Lo siento flaquita.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mmm q mala onda q no llegaste a la rosca, q esto fue lo malo; lo bueno es q viste a tus papás y lo peor mmm seria q no lo comiste jiji cuidat mucho changuito bye