18 junio, 2010

Intitucionalizar el día de cobro.

Con respecto al post anterior les quiero platicar acerca de institucionalizar el día de cobro en la empresa para la que ahora trabajo, esto debido a la explosión de sensaciones que viví esa tarde y que se ha repetido cada vez que paso a cobrar ya que se conjunto tan varias cosas buenas la primera es, por supuesto, el cobro por una quincena de realizar un buen trabajo en una jornada difícil de labor.

La otra es, que cuando tienes antojo de algo y tienes el dinero para gastarlo y saber que nadie te lo regalo y que al contario es tu esfuerzo, es tu sudor, es el desgaste mental, físico espiritual y sentimental. Es así que me permití un regalo esa tarde de intenso calor, salí de la oficina y me dirigí a la esquina sur de la calle donde se ubica una nevería-peletería-dispendio de aguas de sabores y junto con la necesidad de sofocar las altas temperaturas pedí una agua de limón y chía la probé y uffa! no saben qué bien que estaba, al colocar encima de la vitrina el vaso mire hacia dentro la nieve de limón y a un lado la de fresa y pues sabrán que pedí la combinación fresa-limón, que me parece que es una muy rica combinación y pues así lo fue, que rico! que suave! que bárbaro!

Sabrán que intensamente rico estaba la tercia de productos que a la vez y también de uno a uno disfrutaba; me senté en una banquita que se encuentra en la misma acera y que desde ahí se puede observar Tlalpan, así que me senté y me puse a observar el atardecer desde aquel lugar y disfrute cada sorbo de agua y disfrute cada cucharada de mis nieves y alce la mirada y vi una combinación de colores entre el intenso azul del cielo, el contraste con la blancura de las nubes, el verdor de las hojitas de la jacaranda y el amarillo del edificio donde se ubica el negocio.


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